En el Método Suzuki, la participación de los padres es fundamental en la educación musical de los niños y comienza desde antes del nacimiento. En los meses de gestación, el bebé tiene la capacidad de escuchar sonidos, tanto del interior del vientre materno como del exterior. Es ese el momento preciso en el que los padres comienzan su papel en la educación musical; cuando ellos escuchan música, el bebé responde a esos estímulos musicales, y su sentido de apreciación musical se empieza a desarrollar previo al nacimiento.
La lengua materna
El Dr. Suzuki estudió y desarrolló el Método Suzuki, o también conocido como el “Método de la Lengua Materna” observando que los niños Japoneses aprendían Japonés, lo mismo que un niño en Inglaterra aprende Inglés o un niño en Alemania aprende Alemán; sin requerir de un maestro o de clases especializadas del habla. Esta tarea del aprendizaje de la Lengua Materna se encuentra en el entorno familiar, donde los padres son los pilares de la enseñanza, y es ahí donde los niños reciben sus primeras “clases” del lenguaje del habla de forma natural, al escuchar a su familia hablar entre sí, y sobre todo en un ambiente cariñoso y positivo en el que los padres se convierten en los primeros maestros de cada niño.
Participación activa
El papel de los padres en la educación musical a través del Método Suzuki comprende su participación activa, tanto dentro como fuera de la clase. Dentro de la clase se requiere que los dos o uno de los padres estén presentes. El maestro o maestra dará a los padres las herramientas y recomendaciones a seguir para continuar en casa con la enseñanza recibida durante la clase, trasladando la escuela de música a la casa.
En casa los padres tienen, como primer tarea, alimentar musicalmente al niño con la escucha diaria de la pieza u obra que tocará en su siguiente clase, o en su recital llegado el momento, sin forzar o mucho menos obligar al niño a escuchar las piezas u obras. Se comienza con el sencillo hecho de ‘tararear’ las melodías para que los niños se familiaricen con la pieza u obra que están aprendiendo, además de reproducirlas constantemente en casi cualquier lugar de la casa; en su recámara, en la cocina, en el comedor o en el auto en sus trayectos. Así, al generar un ambiente dentro del hogar que favorezca el desarrollo musical de los niños, desarrollan la habilidad de la escucha.
El papel de los padres es fundamental en desarrollar la Escucha, y generar un ambiente armonioso que se ve fortalecido con el reconocimiento.
Cuando el niño dice sus primeras palabras: “Pa, Ma, Papá, Mamá”, los padres festejan el logro de cómo articula palabras, y lo alientan a decir la palabra completa; repiten con el niño una y otra vez hasta que logra pronunciarla correctamente. En ningún momento, los padres se desesperan o enojan en ese proceso sino todo lo contrario: festejan cada pequeño avance.
La misma pauta debe ser adoptada en la educación musical, donde por pequeño que sea su avance, los padres deben celebrar y alentar a continuar con otra pieza, o terminar por completo la que están practicando, repitiendo una y otra vez, las veces que sean necesarias, las melodías, siempre con el cariño y el amor que se tiene con el niño al decir sus primeras palabras, en este caso con sus primeras palabras musicales.
Compartir el avance
Una tarea complementaria fuera de la clase, es la de impulsar a los niños a que sus avances sean compartidos en su entorno cercano; con sus hermanos, con sus tíos, con los abuelitos, buscando siempre que sea de forma natural, nunca obligándolos. Esto trae frutos en forma de seguridad personal en los niños; al ir afrontando esos retos ganarán confianza en sí mismos, preparándolos a los desafíos que se presentarán a lo largo de su desarrollo como personas, por lo que la educación musical con el Método Suzuki, tiene un alcance que abarca no sólo el plano musical, sino el de la formación del carácter.
Relaciones interpersonales
Cuando los padres participan activamente en la educación musical, además de aportar en el desarrollo de la misma a través del Método Suzuki, refuerzan la relación Padre-Hijo y afianzan los lazos de confianza y seguridad, logrando que su relación sea más humana, completa e importante en diferentes ámbitos de su vida. El Método Suzuki, más allá de la enseñanza musical, les brinda a los padres la oportunidad de disfrutar el aprendizaje musical de sus niños, y estrecha los lazos amorosos entre ellos.
El papel de los padres será determinante en la educación musical de sus hijos, y en su desarrollo como persona. Su participación activa con amor, visión, esperanza y seguridad frente a los niños, darán resultados exitosos. Como el Dr. Suzuki dijo: “El futuro de un niño, está en las manos de sus padres”.